miércoles, 15 de agosto de 2007

El Vaticano concede a España el perdón de todos sus pecados

Lo denunció Lutero, pero el Vaticano mantiene la misma teología (por si algún ecuménico tiene dudas o quiere tenerlas). Los españoles podrán obtener el perdón de todos sus pecados a través de determinadas actividades y penitencias en tres Años Jubilares durante 2008. Cualquier español católico puede pecar tranquilo: recibirá indulgencia segura con obedecer los requisitos del Vaticano.

España es, a día de hoy, uno de los grandes desafíos para El Vaticano. A los evidentes problemas de entendimiento entre el Episcopado y el Gobierno, hay que sumar la poca valoración que la institución católica tiene entre los ciudadanos y el descenso en su práctica sacramental. Tal vez por esto, el Vaticano haya decidido hacer un guiño a España y le haya concedido “nada menos” que tres Años Jubilares durante el 2008.

Y es que la herencia católica quiere mantener aún su fuerza en España, como refleja la próxima celebración de la beatificación de 498 mártires de la persecución religiosa, así como los preparativos para la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.


LOS JUBILEOS

La sede de la Iglesia Católica ha escogido a España para que acoja, a lo largo de 2008, un total de tres Años Jubilares. Esto quiere significa la concesión de indulto y perdón plenaria de pecados para todo aquél que haga el “meritorio esfuerzo” de invertir su tiempo en hacer determinadas penitencias y viajar a uno de los lugares propuestos por el Vaticano en el año 2008.

En este caso y según sus conveniencias, los penitentes podrán escoger destino entre tres diócesis, que comprenden cuatro comunidades autónomas, Extremadura, Castilla-La Mancha, Oviedo y Tarragona. Así, se podrá recibir la indulgencia plenaria (perdón absoluto de toso los pecados, sin excepción) a lo largo del año próximo, “una situación que no se recuerda en los últimos tiempos” –destaca el diario ABC.

El primer Año Jubilar dio comienzo hace apenas una semana, y tiene al monasterio extremeño de Guadalupe como protagonista. La devoción a la Virgen de Guadalupe -patrona de Extremadura- “hacen de este Jubileo uno de los más completos que se recuerdan en los últimos años”.

Los otros dos Jubileos se celebrarán en las ciudades de Oviedo y Tarragona.

En Oviedo, todos los fieles católicos que acudan a la Catedral, la Cámara Santa o la basílica de Covadonga entre el 7 de enero de 2008 y la misma fecha del año siguiente, y se confiesen, comulguen y recen por la persona e intenciones del Papa, ganarán indulgencia plenaria. Además, la “Santa Sede” ha facultado al arzobispo de Oviedo para que, con ocasión del Jubileo archidiocesano, pendiente todavía de una fecha concreta, imparta «la bendición papal con la indulgencia plenaria».

OBTENCIÓN DE INDULGENCIAS
El escrito de la Penitenciaría Apostólica enviado por el Vaticano establece un amplio marco de concesión de indulgencias menores: comienzo y clausura del año jubilar, solemnidades y fiestas litúrgicas, peregrinaciones en grupo a los lugares señalados, visitas privadas a las cruces o a la Santina con el rezo del Padrenuestro, el Credo y la invocación de la Inmaculada virgen María.

INDULGENCIAS Y LA BIBLIA
Esta decisión de la cúpula jerárquica de la Iglesia Católica supone una clara manifestación más de su perpetua actitud en una línea acorde a la contrareforma de Trento, cada vez más acentuada.

La concesión de indulgencias por penitencia sigue rememorando los años en que Tetzel vendía parcelas en el cielo a cambio de monedas para la construcción de la Basílica de San Pedro, postura a la que se enfrentó Lutero de manera rotunda.

Esto choca de frente no solamente con las tesis de Lutero sino con la misma Biblia (Romanos, 5), que defiende la salvación por la fe en el único penitente que puede conceder perdón, Jesucristo (Hebreos 10:10-12).

La concesión de perdón de pecados o la salvación del alma a cambio de cualquier esfuerzo humano, por muy penitente que sea, quita todo mérito al sacrificio de Jesús y hace insuficiente su muerte y, por lo tanto, a la entera obra de Dios para con el ser humano. Al menos esto entiende la doctrina protestante a la luz de la Biblia.

fuente:
AcPress

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